Why?

Por si como Rubén el otro día en el examen de inglés no tenéis muy claro lo que significa esta partícula interrogativa, os diré que significa "¿por qué?" en nuestro idioma. Y coincide con lo que me dijo el señor Ángel hoy en el instituto, después de uno de mis aburridos, ofensivos y egocéntricos (no peco demasiado por ahí) monólogos en los que se ve casi obligado a participar, no por gusto, sino porque no tiene nada mejor que hacer, o mejor dicho, nadie mejor con quien estar.

El caso es que hoy estuve especialmente ofensivo y malhumorado, ni yo sé porque, y él demasiado animado, diría yo, porque prácticamente me dediqué a ignorarlo, vamos a tranquilizarlo un poco jejejeje.

El caso es que al muy capullo no se le ocurrió nada mejor que preguntarme: "¿Por qué no serás féliz?" Afortunadamente, tenía algo de prisa y usé esa excusa para abrirme sin responder, aunque por otra parte tampoco habría respondido, habría hecho lo de siempre, soltar una jilipollada y evadirme con cualquier tema sin importancia.

Pero este hecho, irrelevante por un lado e importante por otro, abre una gran pregunta en mi mente, ¿Se nota tanto que no soy féliz?

Que no lo soy es algo evidente para mí desde hace años, demasiados años, diría yo, pero creía que no se notaba tanto como para que me lo preguntaran; es cierto que casi siempre estoy de mala leche, que casi no me relaciono con nadie, que apenas tengo amigos, que... son tantas cosas, pero nunca me habían hecho esta pregunta.

Bueno, lo dejo por hoy que a este paso voy a acabar super depre, Rubén tío, a ver si escribes algo más, si quieres contestarme a las preguntas que me formulo tú que me conoces como nadie, aquí tienes espacio.

¡Tienes un morro que te lo pisas!

Aquí estoy, unos días después de mi última entrada, mientras, Rubén publicó sobre el LCH, menuda cagada que hemos hecho, pero bueno, dicen que es de humanos equivocarse.

El caso es que estoy en mi sofá con el portátil en las rodillas y la mirada perdida entre la tele y el monitor, la verdad es que se podría decir que estoy cansado, me apetece un montón ir a sobar, pero en vez de eso aquí sigo, a ver si escribo algo decente.

Y es que resulta que voy a hablar sobre el morro, y no del que me gustaría meter el mío, sino del morro, en el sentido del que tienen algunas personas a veces, siempre es algo que me ha llamado la atención; como la mayoría de la gente se aprobecha de todo sin preocuparse de lo que digan o piensen los demás, eso es lo que entendemos por morro; de todas formas, estoy siendo un poco hipócrita puesto que el morro figura entre mis cualidades, perdón, defectos jejeje, por lo menos, a veces.

En una sociedad ¿civilizada? como en la que vivimos, se supone que todos debemos ser buenos, educados, respetuosos... con los demás, así como otra serie de tremendas incomodidades a las que en mayor o menor medida nos sometemos. Pero aunque no muy bien visto, esa indiferencia por la opinión de los demás está más que extendida y es habitual ver como alguien pasa por encima de los demás, abusa de su confianza, etcétera, etcétera.

Supongo que si lo seguimos haciendo es porque funciona, a fin de cuentas, unos más y otros menos, siempre buscamos nuestro bienestar personal por encima de todo.

En fin, que tengo un morro que me lo piso, ¿y vosotros qué decís, confesáis?

Juego Cósmico

Hola amig@s, bueno esta es mi primera entrada en este blog. Yo soy Rubén un joven gallego sin nada mejor que hacer, soy un tío simple e intento hacer las cosas lo mejor posible, aunque mi sentido de culpabilidad es muy relativo jajaja. Bueno con estas palabras empiezo mi primera entrada en este blog que espero que sea de vuestro agrado.

Lo del acelerador de partículas en Suíza, es algo fascinante. Daría lo que fuese por verlo. Con él esperan descubrir esa primera partícula que dió origen al universo, saber lo que ocurrió entre el segundo 0 y el segundo 1. Si se logra ese hallazgo, diría que la inteligencia del hombre es... incalculable. No hay forma de expresar el gozo de todos los que están allí trabajando cuando tal cosa ocurra, si es que ocurre. Todo su personal científico y técnico consideraran criatura suya a ese escaléxtric descomunal de partículas subatómicas viajando y chocando a velocidades inimaginables. Yo les daré infinitas gracias si llega el momento de celebrar el descubrimiento de la partícula llamada “Dios”. Allá, a cien metros bajo tierra suiza, un túnel circular de 27 kilómetros será la pista por donde electrones y protones, en gozoso juego cósmico, vuelen tras ser lanzados con más partículas pioneras, que en manos del hombre, serán canicas expertas en darse fenomenales encontronazos, coitos que engendrarán sabe Dios que nuevas partículas. Los físicos podrán saber así algo más de aquel inicial vacío que no era tal, sino un, para mi, inimaginable y marabilloso campo de fuerzas, energías, chispas, fogonazos, vibraciones, partículas... La creación del Universo queda así al alcance de la inteligencia del hombre, superando por sí solo todo aquello que lo rodea y volviendo a demostrar hasta donde puede llegar.

El gato negro del muro

Tengo la sana costumbre de salir todos los días a dar un paseíto en bici, escucho música, me relajo y aprobecho para pensar, pues bien, hoy, en más o menos la mitad de la ruta, me topé con un gato negro encima de un muro, yo diría que era una especie de mezcla de siamés con una mezcolanza de razas, negro como el carbón y demasiado limpio y cuidado como para estar abandonado; el bicho ni siquiera se inmutó cuando me vio pasar, me miró con esos ojazos que tienen y apartó la mirada como con desprecio, diciéndome que no era bienvenido en sus dominios que me abriese de allí.

Iba en plena marcha y no tardé demasiado en perder al animal de vista, pero aún así, no pude evitar pensar en él, en ese gato del muro que me había mirado, pensé en que haría el pobre bicho ahí encima, en si tendría dueño, en si sería el o ella... no se, por mi mente pasaron todo tipo de interrogantes acerca del gato del muro, todos, por supuesto sin respuesta, pero es curioso imaginar toda la vida que hay detrás de estos y otros animales.

La vida del resto de los animales tiene que ser muy aburrida. Por ejemplo: los perros; los perros están siempre oliendo culos y moviendo la cola, los pájaros; los pájaros se tiran todo el día volando de un lado para otro, solo pudiendo descansar en algún tejado o poste de la luz, los roedores, los roedores se pasan todo el día atemorizados escabulléndose por donde pueden... pero los gatos, los gatos es diferente, se pueden permitir el lujo de hacer lo que les sale, tanto les dá pasarse la tarde por ahí tumbados en un muro que haciendo lo que les apetezca, total, como nos parecen simpáticos tienen asegurada la comida y son lo suficientemente grandes y rápidos para no tener que andar huyendo en todo momento, en fin, que los gatos viven como dioses, de hecho, cuando la diñe, me gustaría reencarnarme en uno de estos maravillosos animales y pasarme tardes y tardes tumbado en un muro, dejando pasar el tiempo, disfrutando del paisaje y hechando a perder los pensamientos de los jóvenes ciclistas que me perturben en mi descanso...

Continuará... si vuelvo a ver al gato.

"El principio es la mitad del todo"

Con esta frase célebre del conocido Pitágoras comienzo la primera entrada de este blog compartido, puesto que aquí no solo escribiré yo, sino que lo haré junto a mi amigo Rubén, un viejo conocido de la blogoesfera.

La verdad es que ya habíamos hablado hacía tiempo de hacer un blog entre los dos, un lugar donde exponer nuestras inquietudes, comentar hechos, sentimientos, ilusiones... en definiva, un lugar donde pudiésemos escribir los dos sin ningún tipo de complejo; pero bueno, por amargas viscisitudes del destino, lo fuímos dejando, olvidado hasta que hace un par de días retomamos la idea, y nada, dos días después aquí estamos en una silla mal tapizada frente al ordenata, intentando plasmar por escrito algo más o menos aceptable para comenzar esta bitácora, pues eso nos gustaría que fuese, un cuaderno de bitácora de nuestras vidas, uno desde su rascacielos de complejidad y mil cosas más que se abstiene de mencionar ¿todavía? y otro desde su chalet, mucho más sencillo, pero a su vez igual de complejo que el rascacielos desde el que veo el mundo; dos visiones de la vida, eso intentaremos transmitir, si es con acierto o no, solo el tiempo lo dirá.

Y ahora, sin más dilación, damos cono inaugurado este blog.

Un comienzo no desaparece nunca, ni siquiera con un final.

Harry Mulisch