El gato negro del muro

Tengo la sana costumbre de salir todos los días a dar un paseíto en bici, escucho música, me relajo y aprobecho para pensar, pues bien, hoy, en más o menos la mitad de la ruta, me topé con un gato negro encima de un muro, yo diría que era una especie de mezcla de siamés con una mezcolanza de razas, negro como el carbón y demasiado limpio y cuidado como para estar abandonado; el bicho ni siquiera se inmutó cuando me vio pasar, me miró con esos ojazos que tienen y apartó la mirada como con desprecio, diciéndome que no era bienvenido en sus dominios que me abriese de allí.

Iba en plena marcha y no tardé demasiado en perder al animal de vista, pero aún así, no pude evitar pensar en él, en ese gato del muro que me había mirado, pensé en que haría el pobre bicho ahí encima, en si tendría dueño, en si sería el o ella... no se, por mi mente pasaron todo tipo de interrogantes acerca del gato del muro, todos, por supuesto sin respuesta, pero es curioso imaginar toda la vida que hay detrás de estos y otros animales.

La vida del resto de los animales tiene que ser muy aburrida. Por ejemplo: los perros; los perros están siempre oliendo culos y moviendo la cola, los pájaros; los pájaros se tiran todo el día volando de un lado para otro, solo pudiendo descansar en algún tejado o poste de la luz, los roedores, los roedores se pasan todo el día atemorizados escabulléndose por donde pueden... pero los gatos, los gatos es diferente, se pueden permitir el lujo de hacer lo que les sale, tanto les dá pasarse la tarde por ahí tumbados en un muro que haciendo lo que les apetezca, total, como nos parecen simpáticos tienen asegurada la comida y son lo suficientemente grandes y rápidos para no tener que andar huyendo en todo momento, en fin, que los gatos viven como dioses, de hecho, cuando la diñe, me gustaría reencarnarme en uno de estos maravillosos animales y pasarme tardes y tardes tumbado en un muro, dejando pasar el tiempo, disfrutando del paisaje y hechando a perder los pensamientos de los jóvenes ciclistas que me perturben en mi descanso...

Continuará... si vuelvo a ver al gato.