¡Tienes un morro que te lo pisas!

Aquí estoy, unos días después de mi última entrada, mientras, Rubén publicó sobre el LCH, menuda cagada que hemos hecho, pero bueno, dicen que es de humanos equivocarse.

El caso es que estoy en mi sofá con el portátil en las rodillas y la mirada perdida entre la tele y el monitor, la verdad es que se podría decir que estoy cansado, me apetece un montón ir a sobar, pero en vez de eso aquí sigo, a ver si escribo algo decente.

Y es que resulta que voy a hablar sobre el morro, y no del que me gustaría meter el mío, sino del morro, en el sentido del que tienen algunas personas a veces, siempre es algo que me ha llamado la atención; como la mayoría de la gente se aprobecha de todo sin preocuparse de lo que digan o piensen los demás, eso es lo que entendemos por morro; de todas formas, estoy siendo un poco hipócrita puesto que el morro figura entre mis cualidades, perdón, defectos jejeje, por lo menos, a veces.

En una sociedad ¿civilizada? como en la que vivimos, se supone que todos debemos ser buenos, educados, respetuosos... con los demás, así como otra serie de tremendas incomodidades a las que en mayor o menor medida nos sometemos. Pero aunque no muy bien visto, esa indiferencia por la opinión de los demás está más que extendida y es habitual ver como alguien pasa por encima de los demás, abusa de su confianza, etcétera, etcétera.

Supongo que si lo seguimos haciendo es porque funciona, a fin de cuentas, unos más y otros menos, siempre buscamos nuestro bienestar personal por encima de todo.

En fin, que tengo un morro que me lo piso, ¿y vosotros qué decís, confesáis?